lunes, 25 de mayo de 2009

Tu presencia es como una bocanada de oxígeno en mitad de un momento crítico. Tus besos son la única y mejor medicina posible para mis males. Tus caricias son el más ansiado capricho. Tus palabras, son mi tranquilidad, mi necesidad. Tu ausencia es mi muerte, lenta y dolorosa.


- Quiero ser el verbo puedo, quiero andarme sin rodeos, confesarte que una tarde empecé a morir por tí.

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