Pero mañana sube la marea devolviendo a la orilla su cuerpo desnudo en una cama extraña, con un hombre desconocido y con sus penas tatuadas en su piel, acompañadas de toda la inmundicia que encontraron en aquel fondo dónde ella las ahogó, hundiéndose con ellas.
Tacones altos, whisky barato, carmín rojo y generoso escote. Esta noche se come el mundo. O el mundo se la come a ella.