martes, 25 de agosto de 2009

Tiempo.

El devenir del tiempo. A veces cruel, a veces balsámico, a veces amigo, otras el más terrible de los huracanes que arrasan la tranquilidad de una vida completamente normal, sin sobresaltos, sin sorpresas, sin problemas que resolver concienzudamente ; mi vida. El devenir del tiempo me demostró muchas cosas. Me demostró que en ocasiones había que tomar decisiones drásticas, definitivas y sobre todo dolorosas. Pero no un dolor superficial como el que provoca una mala caída, sino un dolor interior, demasiado íntimo, demasiado anclado al alma, el dolor más doloroso. Entre otras cosas, tuve que separarme de ti, sin que tu quisieras, sin que yo quisiera, provocando el sufrimiento de ambos. El tiempo y la experiencia me mostraron que, a veces, no es suficiento con querer, con amar, con desear, y que las cosas se ponen muy difíciles en ocasiones. Descubrí que las frases de las películas no son ciertas, que el amor NO lo puede todo y que TODO pudo con nosotros, con lo nuestro.
Y aquí, con toda la vida por delante, con mucho tiempo por transcurrir, hay días que siento miedo a lo desconocido, al dolor que (seguro) está por venir. Pero la curiosidad es más fuerte. Y la vana esperanza de volver a verte y de que el tiempo decida volver a unirnos en el mismo espacio-tiempo me mantiene muy viva, abrazada al tiempo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Y de repente.

Y aquel cielo, tan azul y tan inmenso, capaz de embrujar, enamorar e incluso de dominar las emociones de quien lo observa embobado, aquel cielo tan amada y admirado, de repente se le vino encima con todo su azul y toda su inmensidad. Y, de repente, descubrió que el cielo de aquella bonita y abarrotada ciudad no era ni tan bonito, ni tan capaz de enamorar sin él al lado. Y, de repente, supo quién convertía todo en especial; era él, quien ya no estaba.
Y, de repente, fue ayer. Y ya no había hoy, ni mañana, sólo ayer. Y, de repente, nada tenía demasiado sentido y pensar así era demasiado absurdo, pero no pudo evitarlo. Sólo quedaba el tiempo, mejor amigo, mayor enemigo, mejor y peor alíado al mismo tiempo... Tiempo para buscar el bálsamo que volviera a hacer al cielo especial.

lunes, 3 de agosto de 2009

Por ti hubiese sido capaz de partir en dos en cielo, de apagar todas las estrellas y hasta de hacer enfadar a las nubes. Por ti habría renunciado a mi dosis de cafeína de las 10.00h y a la de nicotina de las 22.00h. Habría dejado atrás todos mis vicios, porque mi mayor vicio eras tú.




Y sin embargo, con tu ausencia, bebo tres cafés más al día y fumo más que nunca; ando en compañía de aquel que odias tanto y lloro cada noche recordando tu cuerpo.