lunes, 25 de mayo de 2009

Gritar. Gritarle al mundo que es necesario abrir los ojos para poder ver… que no hay que cerrarlos ante los problemas. Si todo el tiempo que dedicamos a hablar de nuestros problemas lo dedicásemos a intentar ponerles una solución, puede que todo fuera más fácil, o tal vez, menos deprimente. Gritar que no estás sola, que no quieres estarlo. Gritar que sin vosotros duele más. No odiarte, no odiarme, no odiar. Amar menos, para sufrir menos. Olvidar rápido y vivir, vivir a tope, como si fuera el último día de nuestras vidas, algún día lo será. Mientras tanto, te seguiré echando de menos allá en dónde quiera que estés. Si decides volver, puede que todavía siga aquí, o puede que quizás me canse de esperar.



- Algo me dice que no, que esto se pierde.

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