lunes, 11 de enero de 2010

Inmóvil.

Como en nuestra última fotografía, me encuentro inmóvil, parada en un momento del tiempo que quisiera borrar para siempre; el momento en el que todo se derrumba y entre mis escombros busco una salida que sé que no encontraré. En cambio, cada diez centímetros sí encuentro un recuerdo que engendra una lágrima, o una sonrisa, que enciende mi esperanza, esa que intento apagar en cuerpo y alma. Y tú no estás.

Me pregunto si tú vida también se habrá derrumbado, si estarás enterrado entre escombros como yo, o si has conseguido el hormigón necesario para evitar el desastre. Siempre deseé que fueras feliz. Durante el tiempo que me regalaste solo vivía para conseguirlo. Era mi objetivo prioritario. Mi motor eras tú. Pero todo se hace viejo, y nuestra historia enfermó irremediablemente. Y ninguno de los dos intentó sanarla.


Y como ves, sigo aquí, en nuestro lugar, inmóvil, como el banco de piedra que envolvió nuestro primer beso, como la cama vacía sin nuestros cuerpos, como el reloj que contaba nuestras horas, como mi vida, como mis sonrisas, como nuestra última fotografía. Como .

3 comentarios:

  1. Y a veces desearías que todos los recuerdos desaparecieran a su alrededor, para sanar las heridas que aparecieren entre el escombro.
    Pero es difícil elegir esa opción.
    un beso!

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  2. Pues muévete y sal a buscar todo aquello que anhelas, no dejes que vuele y se evapore para volverse cenizas de tinta y por qués de metal.

    Un saludo (:

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  3. ah... te entiendo y sé q cuesta volver a tener ese impulso para hacer cosas

    Tu solo intenta eso teniendo los recuerdos siempre presente.

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